Preámbulo

El uso de un término procedente de los entornos de los siglos VI y V antes de Cristo podría anunciar un ritual más de "eterno regreso" a las fuentes clásicas de occidente. Por otra parte, la complejidad de nuestra actualidad no parece reducible a la estrechez del ámbito de las ciudades griegas.

Además, la mundialización -interplanetarización- de nuestra actualidad, así como la intensa producción de signos y de presagios catastrofistas de la misma, crean un déficit creciente de inteligibilidad y no parecen motivar un ejercicio político.

Academia -el discurso académico- y Agora -el discurso político- se han abstraído tanto del mundo que casi han roto sus vinculaciones "vitales" con el mismo. Cada vez son más las voces que mencionan este divorcio -ruptura- existente entre los discursos oficiales -político, académico, económico- y sus respectivos referentes.

Proponemos crear un Agora Municipal, un discurso académico cuyo objeto es el cuerpo político, la Polis. El municipio, la "aldea", es el marco en el que se desarrolla el primer nivel de relación política. Es la dimensión vivencial: la cotidianidad del ciudadano frente a su entorno. Es, asimismo, el principio de un proceso de simbolización del real -politización-.

Así, surgiendo de las agrupaciones ciudadanas, primeras expresiones políticas del mundo real, pretendemos crear un discurso académico ortodoxo -griego-, universal y eficaz. Queremos mostrar una alternativa a la "catástrofe", a la "globalización" y a todas las corrientes pesimistas.

Queremos mostrar que Agora es un objeto privilegiado de Academia y que, de la combinación de ambas pueden resultar discursos muy adaptados al mundo real.

Queremos, finalmente, implicarnos en la existencia municipal.