La Primavera ciudadana
Carlos Ortiz de Zárate, Grupo de Estudios Comparados Euroafricanos y Eurolatinoamericanos
Si la primavera de Praga representaba un tirón en el movimiento ciudadano y la cumbre de Niza mostraba un retroceso en la institucionalización de aquél; el golpe de Estado de Pinochet, o los tanques de la URSS, ponían fin a proyectos ciudadanos. Es muy curioso que la representante de la opinión china, en la 5 (France), en el programa dedicado, el domingo 18 de marzo, al análisis de los resultados de la segunda vuelta de las elecciones municipales francesas, evocara la Comuna: la masacre de los ciudadanos de las grandes ciudades francesas (1871). Es aún más curioso que la alusión se refiriera a la participación del alcalde en funciones de París en los actos de homenaje ( de reparación) a las víctimas de tan criminal represión y que esta participación se había plasmado en el bautismo de una plaza que evocara el acontecimiento histórico. Quiero, asimismo recordar que Marx y Garibaldi rechazaron la presidencia de la Comuna de París y que este hecho, por supuesto, aumentaba mi sorpresa, dado el particuralismo político del territorio que la invitada representa oficialmente. También es verdad que podíamos relacionar esta alusión con el hecho de que desde aquella "depuración", las ciudades "comunistas", especialmente París y Lyon, optaban por la derecha y que el 18 de marzo de 2001, precisamente en los entornos del II centenario de este genocidio ideológico, estas ciudades hayan optado por la Izquierda plural.
Es un hecho simbólico, uno más, en la actual primavera del movimiento ciudadano. No me había sorprendido tanto vincular el mismo al 68 francés. Ocurría así, en primer lugar por la presencia de actores y de líderes ya presentes en aquella emergencia ciudadana: Bové, Cohn-Bendit, Bourdieu, Debré, supongo que Miller y algunos otros. Se observaba también un ritual ampliamente inspirado en aquella época: "No nos moverán", "Il Partisano" etc., eran coreados por los manifestantes ciudadanos frente a la sede de la cumbre institucional de Niza. Incluso,
Le Monde diplomatique ha sido, y continúa siéndolo, un importante actor en esta ocasión. También Le Monde, pese a la firme oposición de Hubert Beuve-Méry, jugó un importante papel en la mediatización del 68 francés. Recuerdo, simplemente, que el mensual, en su número actual, marzo-abril, "Soiétés sous contrôle", trata sobre la noción institucional de seguridad y sobre la mediatización de la misma, número que aconsejo leer. Finalmente, recuerdo que, a principios de los 70, hacía furor, en Francia, una canción cuyo refrán era "Attention, garde à vous, les flics sont partout".
Les flics (cuerpos de "seguridad" y las mediatizaciones, por lo visto, no han podido acallar la Commune, la primavera de Praga, el allendismo el zapatismo y muchas otras primaveras ciudadanas.
Los franceses han optado por candidaturas que presentaban un planteamiento de la cotidianidad ciudadana de tono intimista y pragmático. El intimismo y el pragmatismo deben ser considerados a la luz de una nueva cultura. Citaré algunos ejemplos: el últimamente, feudo de Chirac o de Tibéry ha optado por un alcalde homosexual, cuando, oficialmente, en la institución y en la academia parisienses, candidatos que hubieran expresado esta condición, no habrían sido elegidos. En Saint-Ouen , Jacqueline Dambreville (PCF), encabeza de lista ganadora, cuando la actual alcaldesa había iniciado su "carrera" municipal, en 1999, como número 12 de la lista del P.C.F. y durante su mandato se la había relegado al barrio que representaba. Hay un sinfín de indicadores de esta tendencia, pero prefiero optar por la brevedad y ofrecer una visión general del perfil revelado en estas elecciones, utilizando los datos de votos, las encuestas elaboradas por Ipsos: http://www.canalipsos.com/articles_fr/0005/front_pol/res2.htm, o con respecto a la impopularidad de la clase política: http://www.canalipsos.com/articles_fr/0301/impopularites.htm , los programas políticos que he podido detectar por Internet y la mediatización que se ofrece en Francia de los hecho, a través de la 5, la 5e, Le Monde diplomatique, Le Monde, Tf1 y la información municipal de los medios de comunicación franceses que han seleccionado mis buscadores: http://www.dernieres.com, y http://www.net2one.fr/
El objeto de este intento es, simplemente, reflexionar sobre la nueva cultura ciudadana que revela el perfil detectado en la actualidad francesa. Todos sabemos que los ciudadanos parisienses están de fiesta y creo que todos los ciudadanos lo estamos también, porque las municipales francesas han confirmado los síntomas de la emergencia global de una nueva ciudadanía.
El programa de Delanoe, los interesados pueden consultarlo en la página de éste o en Agora: http://agora.ulpgc.es/, es extraordinariamente intimista y pragmático, si consideramos el pragmatismo como probabilidad razonable de una ejecución alternativa. No es pragmático si nuestro concepto de pragmatismo es el imperante. El votante de Delanoe asume el riesgo de que el proyecto de éste no sea ejecutado sino parcial o formalmente y esa circunstancia produjera efectos indeseables. De hecho, los Verdes han insistido en el cumplimiento íntegro del programa y tienen razón en hacerlo, dados los numerosos ejemplos de incumplimientos programáticos que reconoce, en su web, el propio primer ministro.
Este último dato es muy importante, porque los franceses, en estas municipales, han castigado duramente al gobierno por el incumplimiento de su promesa de decretar la incompatibilidad de acumulación de ciertos cargos públicos, en este caso el de ministro y el de alcalde. Aquellos han retirado su confianza a una gran parte de los ministros candidatos, incluido el popular Jack Lang, actual ministro de Educación , ex ministro de Cultura y ex candidato a la alcaldía de París. El castigo no solamente se dirigía hacia ese incumplimiento, puesto que tampoco los miembros del gobierno que habían optado por la exclusividad municipal, han tenido aceptación . Este último fenómeno se produce con ministras emblemáticas como Martine Aubry o la ex ministra de Justicia y Cancillera, incluso cuando aquéllas, como en el caso de Catherine Trutman, son alcaldesas en funciones.
Este rechazo ha hecho perder feudos muy consolidados a la Izquierda Plural y denota un error de captación del ciudadano emergente por parte de aquélla. En efecto, los votantes no solamente rechazaron a los ministros, sino a los poderosos, cuando hasta la actualidad se ha sentido el peso de la Francia de los "notables". El prestigio de los líderes de la derecha, salvo el de Chirac, esta muy alarmantemente por debajo de cero y la más impopular es la presidenta del R.P.R, como podrá comprobarse en las encuestas IPSOS cuyo link ya he incluído.
Hay muchos más indicadores altamente reveladores en esta votación, pero me propongo concentrarme en algunos de ellos por razones de brevedad. En primer lugar me ha sorprendido, como indicaba ya, la mediatización francesa del hecho y por esta razón he comenzado por comentarlo. Debo, asimismo, señalar otro dato significativo de estas elecciones: éstas han tenido una precampaña intensa y larga, superior a los 15 meses . Ambas características se justifican, en gran parte, por las escaramuzas de los barones, tanto del PSF (Lang. Etc.) como del RPR (Séguin, Baladur etc). Es interesante, asimismo, resaltar la implicación de las imputaciones al presidente de la República y a las relaciones de éste con los "barones" implicados en las escaramuzas mencionadas. No debemos olvidar los escándalos de la financiación del RPR a través de los cobros de comisiones en el gobierno de la Isla de Francia, que implica a todos los partidos representados en este gobierno y el hecho que el presidente de la República fuera en aquel momento alcalde de París y Presidente del RPR. También debemos recordar que Jacques Chirac ha descalificado a la magistratura francesa, acusándola de ser creadora de dramatizaciones y ha reconocido que, en efecto, en aquella época se cometía este tipo de irregularidades, pero que, en 1995, por su propia iniciativa, se creó una ley que las impide desde entonces. Naturalmente no es mi intención adentrarme en este debate, sobre todo cuando tenemos, en la Comisión Europea, una vicepresidenta en cuyo mandato como ministra de Agricultura, se cometieron graves irregularidades. Finalmente, atribuyo la intensidad de esta larga precampaña electoral al hecho que, en su conjunto, la clase política francesa, toma un discurso ciudadano y expresa la necesidad de reformar las instituciones para que éstas se acerquen más a los ciudadanos y sean más eficaces para cumplir los deseos de los mismos.
Así podemos observarlo, con muy manifiestos indicadores, desde las presidenciales de 1995 sea en la campaña del actual presidente o en la del actual primer ministro. Los interesados pueden constatar la manifestación de aquéllos en las webs oficiales así como en los discursos e intervenciones posteriores de ambos. Recordemos que al iniciarse la penúltima alarma mediática sobre la inseguridad del consumo humano de alimentos cárnicos, el presidente Chirac reclamó a la Unión Europea la prohibición del uso de piensos de procedencia cárnica para alimentar el ganado destinado al consumo humano. Por su parte Jospin, matizó la reclamación del presidente de la República por razones "pragmáticas". Así, el primero, inicio su ostentación de la presidencia Europea, en territorio francés convocando a los alcaldes de Saboya, concluyendo su discurso informando a los asistentes que en ellos veía a los alcaldes y en los últimos, a los artífices, del reto de la presidencia francesa de la U.E., que era precisamente combatir el principal fallo de la misma, su alejamiento de los ciudadanos (Véase, en las webs del presidente el discurso de Chambéry.
Todos los discursos de la clase política francesa, incluyendo , por supuesto en los mismos, los programas municipales, son ciudadanos y manifiestan que el reto es acercar a los últimos a las instituciones y optimizar el funcionamiento de las mismas. No parece muy difícil reconocerlo si consideramos el castigo de los franceses, con una abstención superior al 70% en un referéndum que pretendía preguntarles si aceptaban el cambio constitucional necesario a la aplicación de una alternativa supuestamente eficaz para mejorar la eficacia de la institución. Si a este hecho añadimos el dato de la presencia de noes entre los votantes, no parece tampoco extraño el castigo de los votantes de estas municipales a la clase política, en general.
Pienso que estos rasgos quedan suficientemente marcados en los resultados de estas elecciones y que legítimamente podemos estimar que las clases política e institucionales francesas no han comprendido, sino en parte y en el discurso, esta primavera ciudadana. Estos ya no son de izquierdas ni de derechas, observemos que los resultados alcanzados por las mayorías presidencial y parlamentaria han quedado muy equilibrados en el territorio del Estado. Lo que los ciudadanos han votado ha sido un mayor acercamiento a la cotidianidad ciudadana, incluso, como ya he señalado, un intimismo con la misma.
El rasgo se refleja, de una manera especial, en el programa de la 5 francesa que he mencionado. Voy a citar algunos ejemplos: La representante china indica que la comunidad china con derecho a voto ha votado, indiferentemente, a la mayoría parlamentaria o a la mayoría presidencial, en función de los intereses de la misma en los diferentes barrios de París. El invitado que representaba a la opinión árabe, incluído el Pérsico y el Medio Oriente, indicaba que la comunidad árabe con derecho a voto se había sentido más implicada por impedir el avance de la extrema derecha que porque los ganadores fueran de una u otra mayorías. El invitado quebequés, Le Miroir, reconoce la simpatía de sus compatriotas por el gaullismo, aunque se refiere a un neogaullismo depurado. Por su parte, el entrevistador recuerda que de Gaulle rompió todos los protocolos de los jefes de Estado, gritando, en un país que visitaba oficialmente, "Viva Quebeck libre", precisamente cuando ese asunto era altamente delicado en el territorio de su Estado anfitrión. Por mi parte, añadiría el ato que las cadenas de televisión de todo el mundo transmitieron la imagen de un Jacques Chirac furioso que se confrontaba, físicamente, con los agentes de seguridad que le había puesto el Estado que el presidente de la República francesa visitaba oficialmente. Esta imagen, por supuesto, podría hacer olvidar a la comunidad árabe con derecho a voto, el genocidio del que fue víctima con el gaullismo y especialmente el que padeció en el territorio objeto de elección con la masacre ejecutada por Papon durante la presidencia gaullista (1962). Me sorprende que esa comunidad no recuerde que la izquierda plural, incluido Delanoe, ha reclamado públicamente que se declare ese acto como crimen contra la humanidad. Mi sorpresa, evidentemente, me obliga a preguntarme por qué ocurre así y pienso, el representante jurídico del FLN en aquélla época, así lo expresó, con ocasión del Encuentro sobre esta reivindicación que se desarrolló en la Asamblea Nacional recientemente, que ese crimen no podía proclamarse dentro del actual marco jurídico tanto francés como de la propia ONU y que el cambio necesario no podría provenir de testimonios. Es un punto de vista que no comparto totalmente. Hay otro argumento más importante y este aparece claramente en las encuestas, ya mencionadas.
Las encuestas de Ipsos muestran que los votantes de la mayoría presidencial, desearía que si ganaran las elecciones parlamentarias, 2002, el nuevo gobierno cambiara su política en algunos aspectos: el empleo joven (55%), el impuesto sobre las grandes fortunas (54%), el RMI (salario social) (53%), la jornada de 35 horas (49%), el sueldo mínimo (47%), la jubilación (39 %), el contrato de las parejas de hecho (37%).
No creo necesario explicar que las reformas reclamadas son progresistas y pienso que se me permitirá deducir que las mismas son perfectamente asumibles por los votantes de izquierdas. En efecto, el nuevo perfil del ciudadano francés no cabe ya en moldes o referentes tradicionales. Por ejemplo y también según la encuesta elaborada por Ipsos, los nuevos ciudadanos franceses no rechazan todos los conceptos imperantes sobre el desarrollo; solamente rechazan la mundialización financiera (52%), el sistema capitalista imperante (53%) el "start system" (59%) y el proteccionismo imperante hacia los poderosos - multinacionales - (63%).
Estos mismos ciudadanos esperan que el estado asuma y mejore el sistema educativo (65%), la protección social (58%), el orden y el derecho a la intimidad y a la expresión en Internet (55%), un modelo y un orden económico (43%), la cotidianidad de los ciudadanos (39%)
Quiero concluir con unos datos que me parecen esenciales: estas elecciones eran la primera puesta en práctica de la reciente ley sobre la paridad y pienso que el acercamiento de las ciudadanas al poder municipal ha influido en gran medida en este cambio de ciudanía. Con respecto a este tema, también se ha revelado la superioridad del pragmatismo de los electores sobre el de la clase política. Asía Delanoe ha esgrimido en su campaña electoral, la reivindicación de la inclusión del derecho de adopción a las parejas de hecho. Esta reivindicación no parece ser muy pragmática como contenido de una campaña municipal. Por otra parte la demanda de los ciudadanos encuestados por Ipsos, incluidos los votantes de la mayoría presidencial, parece más eficaz, puesto que reclaman una reforma en el contrato que regula las relaciones de las mencionadas parajes y éste parece castigarlas mucho más en otros aspectos más cotidianos. Otro ejemplo es el de la primera candidata del RPR que se ofrecía como candidata alternativa al insubordinado Tibery. Esta había iniciado un discurso femenino, como lo hacía la propia presidenta del partido gauillista. Aunque en ambos casos, las políticas han abanderado el feminismo, la democracia - la nueva presidencia del RPR ha sido elegida por primera vez por sufragio universal de los miembros del partido- y su implicación para proceder a la limpieza y transparencia del partido, no han sido creídas por los ciudadanos, aunque creo que en este hecho pesa mucho la actitud,. la batalla y los intereses de los barones del RPR, inlúyase también a Jacques Chirac.
Queda aún por plantear, quizá lo haga yo mismo o quizá lo haga alguien, por qué los ciudadanos franceses, que parecen haber roto con tantas tradiciones, han preservado aún su fidelidad a Chirac y a Jospin e ignoren los escándalos, los incumplimientos programático y muchos etcétera.